El crimen de Cuenca
El crimen de Cuenca | |
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Título | El crimen de Cuenca |
Ficha técnica | |
Dirección | Pilar Miró |
Producción | Alfredo Matas |
Guion | Pilar Miró Salvador Maldonado |
Música | Antón García Abril |
Maquillaje | Jose Antonio Sánchez |
Fotografía | Hans Burman |
Montaje | José Luís Matesanz |
Protagonistas | Amparo Soler Leal Héctor Alterio Daniel Dicenta José Manuel Cervino Mary Carrillo Guillermo Montesinos Fernando Rey Mercedes Sampietro Nicolás Dueñas Félix Rotaeta |
Ver todos los créditos (IMDb) | |
Datos y cifras | |
País(es) | España |
Año | 1980 |
Género | Drama, historia |
Duración | 92 minutos |
Ficha en IMDb |
Película española dirigida por Pilar Miró en 1979, basada en hechos reales sucedidos a principios del siglo XX en los municipios de Tresjuncos y Osa de la Vega, en la provincia de Cuenca. El Crimen de Cuenca es también el título del libro escrito por la guionista de la película, Lola Salvador Maldonado en 1979 y en el que narra los hechos reales en los que está basada la película.
[editar] Reparto
- Amparo Soler Leal: Varona
- Héctor Alterio: Juez Isasa
- Daniel Dicenta: Gregorio Valero Contreras
- José Manuel Cervino: León Sánchez Gascón
- Mary Carrillo: Juana
- Guillermo Montesinos: José María Grimaldos López, «El cepa»
- Fernando Rey: Diputado Contreras
- Mercedes Sampietro: Alejandra
[editar] Hechos históricos y argumento
El 21 de agosto de 1910, en el pueblo de Osa de la Vega, provincia de Cuenca, desaparece el pastor José María Grimaldos, apodado «El Cepa» quien fue visto por última vez en la carretera que une Osa de la Vega con Tresjuncos. La familia de «El Cepa» denuncia la desaparición y en las pesquisas judiciales la madre, Juana, denuncia a sus dos compañeros Gregorio Valero y León Sánchez de matarle para robarle el importe de la venta de unas ovejas. A finales de septiembre el juez municipal de Osa de la Vega remite las diligencias al juzgado de Belmonte que abre el sumario 94/1910. Tras pesquisas y diligencias este juzgado sobresee la causa en septiembre de 1911.
En 1913 llega un nuevo juez a Belmonte, Emilio Isasa Echenique, quien al poco tiempo, influenciado por el cacique local y diputado de derechas Contreras, decide reabrir el sumario. Por orden del nuevo Juez, los acusados son detenidos y torturados por la Guardia Civil, declarándose ellos mismos autores del crimen, aunque nunca aparece el cuerpo de la víctima. Se prolongan las diligencias judiciales durante años y el caso es remitido a la Audiencia de Cuenca donde el fiscal pide la pena de muerte para ambos acusados. Finalmente, el 25 de mayo de 1918 el jurado popular declara a los acusados culpables del asesinato y la sala los condena a 18 años de cárcel. Por aplicación de indultos ambos salieron de la cárcel en libertad condicional el 20 de febrero de 1924 habiendo sufrido en total once años de prisión, cinco en Belmonte y seis en penales tras la sentencia judicial.
A primeros de 1926, dos años después de haber recobrado la libertad los procesados, el cura párroco de Tresjuncos recibió una carta del cura de un pueblo cercano (Mira, también de la provincia de Cuenca) en la que le pedía la partida de bautismo de José María Grimaldos «El Cepa», quien vivía allí y deseaba contraer matrimonio. En ese momento se pone en evidencia la inocencia de los que fueron condenados.
[editar] Polémica
Sobre estos hechos auténticos, el escritor Ramón J. Sender, escribe la novela El lugar de un hombre (1939) y la directora Pilar Miró realiza una película con guion de Salvador Maldonado quien también narra los hechos en un libro publicado con el mismo título por la editorial Argos Vergara. La película es un fuerte alegato contra la tortura y se sobreentiende que el crimen al que se refiere el título, es el cometido por la Guardia Civil al torturar a los sospechosos y por el Juez Emilio Isasa Echenique.
La minuciosidad con la que están narradas las torturas por parte de la Guardia Civil, hace que el gobierno de la Unión de Centro Democrático se asuste, y el ministro Ricardo de la Cierva ponga la película a disposición militar, sea secuestrada durante más de año y medio y su realizadora objeto de un proceso militar. Finalmente es estrenada a mediados de agosto de 1981, siendo la única película española prohibida durante la democracia, tras la desaparición de la censura en 1977. La película se convirtió en un éxito, pese a ser estrenada bajo el anagrama S. Se sitúa entre las películas más efectistas de Pilar Miró.